Horno Solar
- Carlos Cañaverales
- 14 may 2021
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 16 may 2021
Ingeniería doméstica para la autosuficiencia.
El proceso de diseñar y construir tu propia tecnología te hace una persona más libre, más culta y más inmune ante las crisis del sistema.

La cocina solar, un modo de cocinar en sintonía con la naturaleza. La ingeniería doméstica, el redescubrimiento de tus habilidades para una revolución multicisciplinar.
Cocinero, meteorólogo y astrónomo
El uso del horno solar requiere que el cielo esté despejado y la atmósfera limpia, lo que te convierte poco a poco en un buen meteorólogo, ayudando a sincronizarte con los ritmos naturales de manera íntima.
Por otro lado, el horno solar también cumple la función inesperada de un rudimentario observatorio solar y atmosférico, ya que en función del estado de la atmosfera y de la radiación solar, la temperatura del horno varía, pudiendo sacar conclusiones respecto a la situación atmosférica y del sol.
Por ejemplo, cuando sale el sol después de tiempo lluvioso, al estar la atmosfera limpia, el horno solar aumenta hasta 15°C su temperatura habitual, lo mismo ocurre cuando el tráfico aéreo cesa y la atmosfera se limpia de nubes artificiales.
También puedes comprobar como en invierno (hemisferio Norte), el sol puede compensar bastante su poca altura en el cielo con la mayor cantidad de radiación que nos llega, debido a la mayor cercanía entre el sol y la tierra, pudiendo lograr temperaturas inesperadamente altas para esas fechas.

El enriquecimiento implícito en los procesos
Cuando construyes tu propia tecnología, como un horno solar, sin darte ni cuenta, te desarrollas en la faceta creativa, de diseño, de cálculo dimensional, de conocimientos científicos en termodinámica, óptica, geometría, tecnología de materiales… Mejoras tus capacidades de investigación… No hace falta ser una eminencia en cada materia, coges un poco de cada disciplina, sin ser experto en ninguna, lo combinas y puedes lograr cosas muy útiles e interesantes. Te enriqueces con múltiples conocimientos.
Hacer tus propios inventos es una inversión para la autosuficiencia
A menudo, la vida emancipada, coherente y multifacética, típica de la vida autosuficiente en el campo, te va reubicando poco a poco en una nueva manera de realizar la vida cotidiana.
Te vas convirtiendo poco a poco en un ser generalista, conocedor de cada vez más disciplinas, profundizando lo justo en cada una de ellas, pero conectándolas todas en el cómputo total de la actividad cotidiana, haciendo que todo cobre mucho más sentido.
Algo notablemente distinto a lo que ofrece el viejo patrón de los especialistas estrictos monotemáticos, conocedores en profundidad de su única disciplina, pero incapaces de conectar lo que saben con el resto de agentes o factores que modelan la vida en el complejo total de los procesos.
Ante el actual sistema obsoleto y en decadencia,
podemos reinventar otro mucho mejor
La especialización actual tan extendida, no deja tiempo para ser generalista, ya que crea una fuerte dependencia alienante, sobre todo económica, generando un bucle auto limitante que hace difícil romper esa dinámica para caminar hacia la diversidad de lo integral, holístico o generalista.
Por otro lado, el constante cambio en los mercados actuales obliga cada vez más a las personas dependientes del sistema a reinventarse para readaptarse a los requerimientos de un mundo cada vez más incierto e inseguro. Con lo cual, las virtudes de la especialización están desapareciendo.
Todo esto crea unas condiciones laborales muy duras, idóneas para dar el salto hacia el emprendimiento personal, por ejemplo en la vida rural generalista, con un alto grado de autosuficiencia, equilibrado con el justo componente de intercambios comerciales, para conseguir aquellas cosas difíciles de fabricar localmente, como por ejemplo un cristal, una bombilla o un panel fotovoltaico.
Si este modelo llegase a ser mayoritario en la sociedad, la industria y las empresas dejarían de ser las creadoras únicas de empleo, a la vez que disminuirían enormemente su tamaño y volumen de producción, pasando a ser proveedoras solamente de aquellos productos que las nuevas personas conscientes y generalistas no pudieran producir en sus talleres artesanales o en los mercados locales.

El paradigma del Hazlo tú mismo,
desde el “usar y tirar” hacia el “amar lo realizado”
La cultura del “hazlo tú mismo” conlleva un interesante incremento del nivel cultural que se produce cuando aprendes a hacer un gran número de cosas diversas interconectadas. Te alejas de los excesos, economizas todo, comprendes el valor de cada pieza, de cada tornillo. La cultura del “usar y tirar” pierde totalmente el sentido, pues todo recobra su valor real al pasar por tus manos en un acto creativo personal involucrado. Un profundo respeto emana hacia el resultado del trabajo realizado con una fuerte inquietud por reciclar y alargar la vida útil de las cosas. Autoabastecerse genera una gran satisfacción.
Entras en una espiral ascendente de reinserción de tu persona en el contexto global, en el que te incluyes junto al resto de cosas.

Adueñarse de las estrategias
El manejo de la energía solar y la construcción artesanal de un horno solar implica dos aspectos de gran importancia estratégica para las sociedades humanas desde siempre, el acceso a la energía y a la tecnología necesaria para transformarla en energía útil.
Mas implicaciones de lo generalista frente a lo especialista
Cuando cambias hacia el paradigma generalista, en el contexto de la autosuficiencia, empiezas a ser capaz de proveerte casi directamente de la gran mayoría de bienes y servicios necesarios para la vida. Esto es algo frontalmente opuesto a la cultura occidental de los especialistas estrictos, que basan todo en dividir la sociedad en diminutas partículas de conocimiento muy productivas en su especie, encadenadas entre sí pero inconexas en la esencia y frágiles ante la más mínima crisis del sistema general.
Sería muy interesante que cada persona se desarrollase desde la infancia en el autoconocimiento y según sus potenciales innatos, sin sacrificar ninguno en favor de la especialización. Aunque pueda ser experto en uno o varios de sus potenciales, puede ser también conocedor de una multitud de muchos otros.
La especialización trae una enorme capacidad productiva, aunque proporcional a la pérdida de conciencia sobre los procesos en un marco general, debido a que los especialistas cuidan solo de su parcela, ignorando casi siempre las demás.
Esta enorme capacidad productiva representa un suculento pastel económico, que ha creado unas estructuras de poder desmesurado, proporcional a la depredación de los recursos naturales, la calidad ambiental y en consecuencia, una pérdida de la calidad de vida de humanos, animales y plantas alrededor de todo el mundo para satisfacer el pozo sin fondo de la codicia insaciable imperante.
El proceso integral otorga un valor total
Vivir el proceso integral de dibujo, diseño, construcción del horno, la siembra, cultivo, cosecha y preparación de los alimentos de la huerta familiar para cocinarlos con energía solar, hace que el valor de un plato de comida sobre la mesa sea incalculable y su disfrute infinito. A menudo cuanta más dedicación nos exige algo, más lo valoramos y más satisfechos nos sentimos al saborearlo, lo contrario suele ocurrir ante un producto barato, de obtención rápida y origen ajeno, que puede ser tirado a la basura a medio consumir sin ningún remordimiento.

Cuando participas de manera directa e integral en los procesos productivos de las cosas que utilizas, no se te pasa por la cabeza la idea de tirar nada a la basura y como consecuencia desarrollas la habilidad de adquirir solo aquello necesitas, pues todo acaba tomando la categoría de sagrado. Un enorme respeto hacia todas las cosas se convierte en la norma cotidiana.
Las ventajas de la modernidad sobre los cimientos de lo ancestral
A través de mi experiencia en este modo de vida integrativo y generalista, voy descubriendo que lo más interesante es buscar el modo de reconciliar los logros conseguidos en esta sociedad moderna con la sabiduría y modos de organización ancestral, para aprovechar las virtudes de ambas partes, descartando de igual modo sus inconvenientes en el interesante proceso de reinventar la sociedad.
Pienso que la vida generalista autosuficiente está al alcance de cualquiera que esté dispuesto a lanzarse. Hoy día la información es más accesible que nunca para formarse a uno mismo en cualquier aspecto que le sea necesario, esa es una de las ventajas de la modernidad que no podemos despreciar.
El modo de vida que aquí planteo y que llevo años poniendo en práctica, tiene el potencial de cambiar por completo al ser humano desde los cimientos hasta la cima, recuperando el auténtico valor de las cosas mediante la conciencia plena del máximo número posible de los procesos implicados en nuestra relación con el mundo.
El currículum de un generalista rural autosuficiente es infinito y el desempleo totalmente desconocido
Cuando preguntas a un generalista rural autosuficiente a que se dedica, puede que su respuesta sea interminable: a la construcción, agricultura, estudio y recolección de plantas silvestres, conserva de alimentos, diseño y construcción de ingenios, instalación de paneles solares, fotografía, escritura, construcción de muebles a medida, artesanía de la mimbre, madera y cuero, jardinería, filosofía, a impartir charlas y talleres, selvicultura, reparación de averías de todo tipo, medicina natural, espiritualidad, crecimiento personal, al autoconocimiento, ferias de artesanía, edición de videos y documentales, creación de una web…. Etc. Y en constante aprendizaje…
La diversidad es riqueza
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